El equipo nacional comienza la defensa del título en el certamen continental este jueves frente a Canadá a partir de las 21 por el grupo A. Pasaron exactamente 550 jornadas y cambiaron varias cosas en el seleccionado argentino.
La imagen de Gonzalo Montiel corriendo hacia el banderín del córner entre lágrimas mientras se tapa la cara aún está grabada en la memoria de cada uno de los argentinos como si hubiese sido ayer.
Incluso, probablemente perdure varios años más, pero la realidad es que desde ese día en el que el ex-River marcó el último gol de la definición por penales en la que la Selección Argentina venció a Francia y se consagró campeón del mundo por tercera vez en su historia hasta este jueves, cuando los dirigidos por Lionel Scaloni enfrenten a Canadá en el debut de la Copa América, pasaron exactamente 550 jornadas y cambiaron varias cosas.
Si se recapitula, lo primero que se puede advertir es que de los 26 que estuvieron en Asia solo repetirán 21 en Estados Unidos. Ya no estarán Alejandro Gómez, quien se encuentra suspendido por doping, Thiago Almada, que había estado en el Mundial por la lesión de Joaquín Correa e irá a los Juegos Olímpicos, Juan Foyth, Ángel Correa, quien también se sumó a la Copa del Mundo en reemplazo de Nicolás González, y Paulo Dybala.
Algunas de esas ausencias se explican, en parte, por regresos o nuevas oportunidades para juveniles. González, quien la rompe en la Fiorentina, y Giovani Lo Celso volverán a jugar un torneo con la Albiceleste -estuvieron en 2021- para intentar quitarse la espina de haberse perdido el Mundial al igual que Lucas Martínez Quarta, que ocupará el vacío de Foyth.
En tanto, Alejandro Garnacho, quien antes de la Copa del Mundo ya había ido a la Sub-20 antes del torneo y luego se sumó a la Mayor, y Valentín Carboni, que tuvo un proceso similar al del United con la diferencia de que Scaloni lo utilizó por primera vez este año, tendrán su primer torneo oficial con la celeste y blanca.
Cabe resaltar que si bien los dos juveniles son parte de la renovación que hubo después del Mundial, en líneas generales ese recambio que pronosticaban algunos no se hizo, entre otras cuestiones, porque no fue necesario ya que el nivel de la selección no decayó.
De hecho, a excepción del Papu, quien además de su suspensión tiene 36 años, todos los que se quedaron fuera de la lista podrían volver a ser considerados en un período cercano. Claro que esto no quita que pronto empiecen a aparecer caras nuevas, muchas de ellas que han pasado por el sub-20 de Javier Mascherano.
Pero no todos fueron momentos de calma y alegría. Una declaración de Lionel Scaloni en noviembre pasado después de que Argentina logrará un triunfo histórico en Brasil, donde se impuso por 1-0 y le cortó el invicto como local que arrastraba la Verdeamarela en Eliminatorias, encendió las alarmas. “Necesito pensar qué voy a hacer, esta Selección necesita un entrenador que tenga todas las energías posibles”, había confesado el técnico.
¿Cuáles fueron las razones de esa turbulencia? La negociación por el contrato, que se renovó hasta 2026, generó desgaste con los dirigentes, además de que se sumó el malestar porque había varios partidos amistosos con rivales que para él no aportaban demasiado.
No obstante, esa incertidumbre duró dos meses porque en enero el propio DT salió a confirmar su continuidad y recientemente resaltó: “Hasta que el presidente de la AFA quiera, estaré”.
Desde Qatar hasta ahora también se generó un cambio en el cuerpo técnico porque ya no estará Damián Albil, el exarquero que se sumó a trabajar en el Mundial, luego estuvo en Independiente y a mediados de 2023 se sumó a Venezuela.
Por último, otra de las noticias relevantes que afectaron a la Selección en el último tiempo, pero que se preveía incluso durante la Copa del Mundo, es la próxima salida de Ángel Di María, quien ya comunicó oficialmente que dejará de vestir la celeste y blanca luego de este torneo.
Las modificaciones en estos casi dos años fueron varias, pero si hay algo que no cambió fue la ilusión que genera el equipo de Scaloni en el campo de juego y la confianza que transmite a sus hinchas que, probablemente, sueñan con verlo otra vez levantar una copa entre sus manos, que sería la cuarta en su carrera. (TyC Sports)